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ADONIS (ALI AHMAD SAID)

 

Traducción del árabe:

María Luisa Prieto
SITUACIONES (fragmentos)

 

Situación de la colcha
 
cuando el sol abre su alcoba a la tarde
las gaviotas ven tejida una colcha
sobre el rostro del cielo.
 
Situación de la vejez
 
Siempre que digo: he envejecido,
me han consumido las heridas,
una tempestad me sacude
y me recubre la mañana con sus miembros.
 
Situación de la nube
 
Una nube de palabras:
se evaporan del cadáver de los profetas
y cubren el cielo.
 
Situación de un instante
 
Un instante nace
del encuentro de la ciudad y el rechazo.
Lo he casado con mi espacio,
le he ofrecido mi anillo,
y cada vez que la tierra me ahoga, lo despierto.
Ahora vive conmigo
en lo más alto de su ritmo.
 
Situación de la fuente
 
Exilio es esta fuente y exilio
para el sediento este agua y esta corriente.
En las palabras y en las cosas.
¿Traiciona la fuente y borra
lo que escriben las guitarras del agua?
 
Situación de una rosa
 
La muerte empezó a acercarse, a descender en el agua,
se tragó los recipientes,
la rosa de los recipientes no hizo
más que inclinarse:
se desvaneció y entregaron a la muerte
sus hojas inclinadas.
 
Situación de una silla
 
Cuatro extremos
pero no sé cuáles son
tus patas y cuáles son
tus brazos. Sólo me queda
atestiguar: tú eres la
más paciente de los extremos
del hombre, y la más
duradera.
 
Situación del desierto/el narciso
 
El agua posee una flauta que
yo escuchaba
y mi deseo escuchaba una lengua
cuyo sonido se retrasaba
y surgía en cualquier momento.
He cambiado de caravana.
La creación es barro, juego.
Me recrearé con mis secretos
y con su juego.
Yo soy éste que un desierto ha creado.
Los ciervos de mis sueños
están vestidos con palmeras.
Es inútil jugar al tric-trac
con la luna, viajar en
una alfombra de seda,
es inútil creer las profecías
del cuervo de mi suposición
ni las promesas de destrucción.
Oh, poesía, cochero loco,
tómanos para adelantarnos
a nuestra muerte, para ver
y escribir lo que vendrá
y para ser la Fatiha "1" del libro.
 
Desierto-madre,
y yo soy el testimonio perdido,
desvaría como quien camina sobre
sus miembros.
Camina y amarra los pies
al espacio. Y yo soy el testimonio,
nuestra tierra se desvanece
por tantos profetas como ve
sobre ella.
 
Desierto: secreto.
Este es el secreto manifiesto,
una nube que arroja
su manto sobre nosotros,
su murmullo es el lenguaje oculto
de las estrellas.
Extravío, y una caravana pierde
una caravana.
 
Desierto. Una piedra me roza: ¿eres
tú mismo? Yo rozo a la acera amiga.
¿Eres tú mismo? Tu chispa
ha devorado a la chispa.
Desierto. Una palmera lleva
una estrella. Una camella lleva
la luna y crea los desiertos.
 
Desierto: narciso que se sumerge
y flota en el laberinto
de los espejos
hecho añicos.
Danza con su imagen y su llanto
y graba en ella su rostro,
sus fragmentos se desintegran.
Enloquece con estas imágenes fragmentadas.
Teje el día con la noche
como un sueño que alumbra
y muere amando.
Narciso es el único que queda.
Narciso no es más que un espectro,
este espectro no es más que su sollozo.
Helo aquí. Lo veo como lo han descrito
sus sueños. Ha olvidado el camino
que le conduce a su agua, ha olvidado
las palabras.
Lo veo coronado con su espejismo.
Fatigado, ha dado la mano
al infinito cielo
y se ha dormido.

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     [1]  Primera azora del Corán.