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Mahmud Darwish

 

Traducción del árabe:

María Luisa Prieto
SONATA I

 

Si eres la última palabra que me ha dicho Dios,
seamos dos en uno y dichosos
ahora que los almendros se han iluminado sobre los pasos de los caminantes, aquí
en tus dos riberas, y revolotean sobre ti las perdices y las palomas.
 
Has apuñalado al cielo con el cuerno de la gacela y las palabras han fluido
como rocío en las venas de la naturaleza. ¿Cuál es el nombre del poema
ante la dualidad de la Creación y la Justicia, entre el cielo lejano
y el cedro de tu lecho, cuando la sangre anhela otra sangre y el mármol gime?
Un mito necesitará broncearse en torno a ti. Esta hilera son
las diosas de Egipto y Sumer que, bajo las palmeras, cambian su ropa
y los nombres de sus días, y concluyen el viaje hacia el fin de la rima.
 
Mi canto necesita respirar: la poesía no es poesía
ni la prosa es prosa. He soñado que eres la última palabra que me ha dicho
Dios cuando os he visto en sueños, y se hizo el Verbo.